Mi
hermana Mildred es una ingeniero industrial especializada en el mejoramiento continuo
de los procesos, que es una parte de un vasto sector de la gerencia moderna
empeñada en una Gerencia de Calidad Total, un sistema que inventaron los
japoneses para hacer que sus productos fueran los más competitivos en los
mercados mundiales, estamos hablando de los años 70 del pasado siglo.
Mildred
trabaja para una de las más grandes industrias de papel de los EEUU en una
superfábrica en Texas, y cuando digo superfábrica no exagero, me dice que
tienen una máquina, debajo de un enorme galpón que mide un cuarto de milla de
largo, y esto es solo una parte de un complejo industrial que parece una
pequeña ciudad.
Esta
corporación hace infinidad de productos, tiene fábricas alrededor del mundo y
sus ganancias son astronómicas, sus acciones se cotizan en la bolsa, su
desempeño es vigilado por innumerables personas, instituciones y órganos del
estado, de modo que tiene que responder por su actividad productiva.
Algo
que siempre me ha maravillado de la cultura norteamericana es su capacidad de
traducir toda actividad humana a términos de costos, de ganancias, de dinero,
que tiene una gran ventaja sobre todas los demás consideraciones aplicables a
las cosas y actividades, y es que obligatoriamente se cuantifica, está sujeto a
un sistema de administración y que uno de sus principales atributos es el
valor.
Pues
bien, mi hermana se fue a vivir a los EEUU desde principio de los ochenta, luego
que se graduó de ingeniero en la UCAB de Caracas (siempre me dice que la
educación que allí recibió no tiene que envidiarle a ninguna universidad del
mundo), hizo su especialización en la universidad en Michigan, se casó, tuvo su
hijo (mi sobrino Sam), y enviudó, siempre trabajó en su área, y siendo una de
las mujeres más inteligentes que conozco, manejó desde una represa
hidroeléctrica que le vendía electricidad a varios distribuidores de Canadá y
USA, estuvo involucrada con la división de productos médicos para hospitales de
una de las empresas de aparatos eléctricos más grandes del mundo, fue la
ingeniero en jefe de la mayor planta productora de queso parmesano de los EEUU,
y en estos momentos, es la encargada de mejoramiento continuo de las plantas de
la región central de USA, para esta corporación que hace productos terminados
de papel.
Ella
trata de venir todos los diciembre para reunirse con nosotros, como se lo
podrán imaginar es una mujer sumamente ocupada, viaja mucho y la tienen en muy
alta estima en la empresa, conversando con ella me entero que es una Black Belt (Cinturón Negro, como en el
Karate) de algo que se llama Lean Six
Sigma) y que pronto será una Master
Black Belt, que es el tope de la especialización en esa disciplina.
Lean es la palabra en inglés para
designar alguien o algo sin excesos, delgado, en forma, en el ambiente de
mejoramiento continuo, Lean significa
eliminar todo deshecho, lo que no sirve, para lograr un producto o servicio de
calidad, y Six Sigma que es la
reducción de la variación en los procesos (el número seis, acompañado de la
letra griega, que en estadística significa el proceso que apenas produce 3.4
defectos por un millón de oportunidades) hasta en esas magnitudes se reduce los
errores o variación del proceso.
En la
formula, Lean acelera el proceso de
producción, y Six Sigma soluciona
problemas y mejora el proceso, haciéndolo más eficiente y productivo, esta
metodología compiten con las ISO, las PDSA y otras fórmulas de control de
calidad que existen en el mercado, las cinco fases del sistema son: definición
(del problema), medición (de los procesos), análisis, mejoras y control.
Mildred
es para las fábricas como un Dr. House
que diagnostica y corrige los problemas que ponen en riesgo la productividad de
las empresas, una de las muchas herramientas que existen para lograr este
propósito es el Lean Six Sigma, que
es en éste momento, una fiebre entre la alta gerencia de las empresas, pues da
resultados, eleva la productividad, pone orden en el proceso y genera
ganancias, que es lo principal.
El Lean Six Sigma está imbricado por la
cultura japonesa, ser un Master Black
Belt significa ser un maestro, y su principal función es coordinar, enseñar
a los black y green belts que existan en la empresa, Toyota es la cuna de este
método de calidad continua, y General Electric y Motorola han sido las empresas
en USA, pioneras en esta fórmula que empezó como Lean Four Sigma, y ya va por seis.
Este
método de calidad es muy difícil que lo enseñen en universidades e institutos,
se pueden enseñar los aspectos teóricos, estudiar las herramientas de trabajo
que por lo general son estadísticas, comprender los pasos del proceso pero si
el alumno no está involucrado directamente y en vivo, en la cadena de
producción, enfrentado el día a día del trabajo, de los detalles que se
involucran en la fabricación de un componente o de todo el aparato o servicio,
no hay manera de que llegue muy lejos.
Me
cuenta Mildred que en su caso, la alta gerencia detecta un problema en una de
sus fábricas, el proceso tiene retrasos, o consume demasiado en materiales, o
no entrega a tiempo a los clientes o tiene demasiado inventario inmovilizado en
los almacenes, todo lo cual produce perdidas, o simplemente el consumidor no
está satisfecho con el producto, la llaman y la envía al sitio, con plenos
poderes.
Allí
es atendida como una abeja reina, le proporcionan todo lo que pudiera
necesitar, convoca a todos los gerentes del área, luego a los técnicos y
trabajadores y empieza unas sesiones de trabajo en grupo, el truco del sistema
es que la solución al problema por lo general la dan los mismos empleados que
son justamente los que más conocen del proceso, la habilidad del Cinturones
Negros está en conducir al equipo a solucionar ellos mismos el problema, y es
aquí donde me comenta, que uno de sus principales tareas es convencer a la
gente que ella puede ayudarlos, que tiene el conocimiento suficiente para
llevarlos a buen puerto, las personas cualificadas en este sistema hacen algo
muy especial con la estructura de la empresa, les inyectan confianza y lo más
importante, transparencia.
Lo
primero es examinar la línea completa de máquinas y procesos involucrados, en
este punto se hacen videos, se consiguen todos los planos de las máquinas y
pisos de trabajo, se examina el proceso con lupa, anotando todo lo ordinario y
extraordinario, se hacen mesas de trabajo, todos participan, opinan y proponen,
se toman los tiempos de ejecución, las transformaciones de la materia prima,
los agregados y componentes, las condiciones ambientales, los costos para cada
actividad, responsables, líneas de supervisión, pasos del proceso… todo esto se
transforma en cartas de flujo, diagramas de Pareto, gráficas y estadísticas,
las cuales se comparan con el historial de la sección y muy pronto va surgiendo
una primera impresión de cuáles son los problemas.
En
las reuniones las opiniones de los empleados se recogen en encuestas donde le
asignan un valor a cada problema, se escuchan sugerencias, se hacen los
ajustes, pruebas y simulacros, a veces incluso se hacen recomendaciones a los
fabricantes de las máquinas para que mejoren una pieza, o un software o se le
añadan componentes, cada problema es revisado y probado, todo lo que se hace se
agrega a las estadísticas que son las que al final, soportan todo el trabajo.
La
gerencia es muy estricta en cuanto al tiempo, este tipo de intervenciones son
costosas y afectan la productividad, el problema más complejo debe ser resuelto
en menos de 120 días- me dice mi hermana- y si no puedo encontrar el problema o
la solución, simplemente lo digo.
Si se
meten in Internet se van a encontrar con una serie de instituciones y personas
muy reconocidas que dan estos cursos, son caros, no bajan de los 4.000 Us$, hay
asociaciones y confederaciones de este sistema en el mundo entero, sus
profesionales son muy buscados y bien pagados, la mayoría de las empresas los
cultivan como si fueran placeres de ostras productoras de perlas, esto, debido
a que los forman dentro de sus procesos productivos, uno de los resultados más
importantes de aplicar este método de control de calidad, es que limpia y
simplifica los procesos haciéndolos muchos más coherentes y eficientes.
Este
es un proceso continuo, luego que el Black
Belt ha hecho su trabajo, continua monitoreando la actividad, visitando las
instalaciones y perfeccionando la productividad, para un gerente de grandes
empresas de productos masivos, la calidad es algo que siempre puede mejorarse,
en la entrega, en el empaque, en los componentes, en la garantía, en la vida
útil del producto, en el precio, en sus usos… las posibilidades son infinitas.
Las
empresas japonesas y norteamericanas se han situado a la vanguardia de la
calidad y la productividad, precisamente por inventar y perfeccionar estos
sistemas de gerencia avanzada, que sin duda alguna, vamos a necesitar en el
país, tan pronto salgan estos comunistas ladrones del poder. – saulgodoy@gmail.com
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