viernes, 22 de diciembre de 2017

La globalización que nadie vio venir


De acuerdo a muchos estudiosos, el orden económico determina el orden social, es un pedazo de la sabiduría universal que ningún estadista debería obviar, y menos en el caso de Venezuela y en las condiciones que la dejan 18 años de socialismo explotador, mal intencionado y destructor.
Los cubanos, al obtener la aprobación de Chávez para intervenir al país hicieron todo lo humanamente posible por degradar nuestra calidad de vida, y la intención es hacerlo de modo que más nunca nuestro país pueda levantarse como un competidor de Cuba, menos aún como un contendor.
Fidel Castro tenía a Venezuela como una ubre a la que había que ordeñar para financiar sus planes hegemónicos de dominio continental, pero también lo movía el odio hacia los venezolanos, a quienes veía como criaturas patéticas, como lo era Hugo Chávez Frías, personas que nacieron para ser esclavos de los conductores de rebaños, tal y como Fidel se veía a sí mismo, y que fue la razón por la que tuvo que enfrentarse a Rómulo Betancourt, su enemigo más importante en el continente y probablemente la razón por la que acumuló tanto odio hacia los venezolanos, al punto que, cuando pudo, nos humilló, nos sacrificó y casi nos destruye.
Y efectivamente, pareciera existir en nuestros genes, una traza de esclavitud y servidumbre, que hace al venezolano un candidato propicio para entregarnos al dominio de los otros, simplemente porque nos da pereza de pensar y de actuar por nuestra cuenta, hay una parte de la población venezolana que le tiene pavor a la libertad, que no quiere decidir por su propia cuenta y espera que otros lo hagan por él, y quizás esté allí la razón por la que el pueblo de Venezuela necesite de caudillos, de líderes mesiánicos para poder funcionar, porque así como hacen colas por horas, mansamente, para obtener una caja de comida CLAP que los comunistas le venden una vez al mes para que no mueran de hambre, de la misma manera, en un pasado lejano, se enlistaba en las tropas que iban a liberar a otros pueblos, como tropa, como colectivo tumultuario, tal y como fue en la gesta libertadora.
Es un yugo mental y de carácter que no ha sido roto, y el venezolano seguirá siendo madera de esclavo, al menos que aprenda a manejar su libertad de dos maneras: una, con la educación para la libertad, y la otra con un sistema económico que libere sus facultades productivas, su capacidad de trabajo y de ser autónomo, el venezolano más que nunca necesita ser competitivo, creador, independiente, necesita sentirse útil, ser parte de algo mucho más grande que su vida en el barrio, en el caserío, en su localidad.
La formula económica que propongo no es nueva ni original, pero funciona, ha sido probada en el mundo con éxito, uno de los últimos casos fue el de los llamados Tigres Asiáticos, los países más pobres del Asia, Singapur, Malasia, Indonesia, Corea del Sur y va en camino Vietnam, son economías que hasta hace no más de treinta años estaban en el suelo, con problemas graves de pobreza, educación y producción, y hoy se encuentran entre las economías más pujantes del mundo, anterior a ellos fue el caso de India, China, Chile, y varios países del medio oriente, hoy son economías productivas respetadas por su posición en el mundo.
El secreto es, que se han insertado en la economía globalizada, justamente esa que el chavismo se niega a aceptar, que el socialismo sataniza cada vez que puede, y que muchos venezolanos ni siquiera saben que existe.
Y es que el mundo ha estado cambiando de manera continua desde hace ya algún tiempo, empujado por dos fuerzas incontenibles que son la democracia liberal y la economía de mercado; para el año de 1900, principio del siglo XX, había apenas una docena de democracias en el mundo, luego de la Primera Guerra Mundial, el número de democracias dobló su número y empezó la transformación de Europa en una economía global, siguiendo el ejemplo de los EEUU, pero a partir de 1930 hubo un retroceso importante con la aparición de los nacionalismos radicales, el fascismo, la expansión del comunismo, y dictaduras militares, enemigos naturales tanto de la democracia como de la economía de mercado.
Cuando en 1939 termina la Segunda Guerra Mundial eran de nuevo una docena las democracias en el mundo, pero empiezan todos los experimentos sociales y económicos como el socialismo, el colectivismo, el fascismo, a fallar y a derrumbarse.
Para 1950, el 40 % de las economías del mundo se desarrollaban en democracia y eran de libre mercado, había treinta democracias; muchos economistas opinan que el gran empujón hacia la globalización se produce entre 1950 y 1973, cuando ya los militarismos y los gobiernos autoritarios probaron ser un fracaso, y como la gente apuesta a ganador, siempre buscando una mejor calidad de vida, la democracia y el libre mercado se convirtieron en la meta de muchos países, para 1990 habían 120 democracias en el mundo.
¿Cómo se dio el proceso de globalización?  Se da principalmente por la presencia de los EEUU como potencia mundial, que fomenta la libertad del individuo y el libre emprendimiento, su ejemplo es copiado en Europa y Asia con excelente resultados, y poco a poco se va esparciendo en el resto del mundo.
Lo que la gente quiere hacer en una economía de libre mercado es producir y vender sus productos, esto genera trabajo, innovaciones, prosperidad, competencia y diversidad de oportunidades, la tendencia es natural, una vez que tienes tus mercados locales cubiertos, pasas a explorar otros mercados en otros países, te preparas para crecer y competir, de modo que fueron las grandes corporaciones, las que iniciaron este movimiento internacional de llevar sus mercancías a otros lugares del planeta.
Pronto se dieron cuenta que necesitaban de ciertas garantías, normas y procesos que les permitiera operar sin problemas, que sus inversiones en el extranjero estuvieran protegidas, estandarizar los contratos, agilizar los pagos y transferencia, hacer los cambios de las monedas, simplificar los trámites aduanales, de seguro y de transporte, de modo que crearon organizaciones internacionales, pidieron ayudas a sus gobiernos, y estos, empezaron a contar con una burocracia especializada en el comercio exterior.
Toda una maraña de instituciones y organizaciones de carácter multinacional se tejieron en el mundo para lograr las interconexiones y las posibilidades de crecimiento fueran planetarias, desde hace ya décadas se vienen firmando tratados internacionales para estos fines, los países buscan adaptarse para atraer este flujo inmenso de tecnología, capital, industria y conocimiento a sus países, los que lo han logrado son hoy países prósperos, y hay una gran cantidad de otras naciones tratando de ajustarse a estas exigencias para entrar en el proceso de globalización.
Paralelamente se iba universalizando el asunto de los Derechos Humanos y todas sus derivaciones, que dieron pie a que diferentes ONG’s empezaran a operar internacionalmente, y cuando se crearon tribunales internacionales para dirimir conflictos que en los países eran imposible solucionar, se allanó el camino para la globalización, poco a poco se fue armando una red mundial de organizaciones, muchas de ellas multilaterales, con poder efectivo de sentar en el banquillo de los acusados a jefes de estado y de obtener de tribunales internacionales medidas efectivas de reparación de daños.
Algunas ciudades del mundo, debido a su potencial financiero y de facilidades para el transporte, se convirtieron en ciudades globales, donde un gran número de extranjeros se daban cita o residían, para hacer estos negocios, de manera modesta Caracas iba en ese camino, algunas multinacionales hicieron de nuestro país su base de operaciones para la región, contábamos con una de las empresas energéticas más importante del mundo, exportábamos algunos rubros de alimentos, minerales y productos acabados, a pesar de sus crisis, contábamos con un robusto sector financiero, toda nuestra infraestructura estaba bien mantenida y se construían nuevas obras... pero apareció Hugo Chávez Frías en el panorama y en menos de veinte años nos sumió en la oscuridad.

El mundo cambió mientras nos mirábamos el ombligo.

En el proceso hubo un importante cambio, que en algunos países no se sintió o prefirieron ignorar, como fue el caso de la Venezuela bajo el dominio del chavismo, que afectó profundamente la soberanía nacional, el concepto de nacionalidad y la dependencia de los países hacia el mundo; los chavistas tenía una visión equivocada de la globalización, pensaban que ellos podían aprovecharse de las facilidades internacionales para hacer sus negocios turbios, sin tener que soportar ninguna consecuencia.
Las gríngolas ideológicas del castrochavismo les impidió ver las oportunidades de crecimiento y desarrollo nacional que habían en la globalización, sólo vieron la oportunidad egoísta y criminal de ver sus propios negocios, lavar dinero mal habido, transportar drogas, llevar a delante sus corruptelas por medio de empresas del gobierno, abrir y administrar sus cuentas y empresas en el extranjero, pero dentro de Venezuela se comportaban como unos saqueadores, no respetaban la propiedad privada, ni honraban los contratos que firmaban, le impedían a las empresas retornar a sus países las ganancias, los expropiaban...
Esto fue creando una animadversión en contra del gobierno chavista, la relación con Venezuela se hizo injusta, no era equitativa y los negocios de las empresas del mundo empezaron a perder dinero y oportunidades en el país y en la región, Maduro y su administración actuaban como salvajes en contra del patrimonio de las empresas extranjeras, pero ellos exigían que sus cuentas personales, patrimonios y empresas que manejaban para sus ilícitos en otros países, no fuesen tocadas, estaban seguros de que sus propiedades en las grandes capitales del mundo estaban protegidas, nunca vieron venir las sanciones, los procesos judiciales y castigos de la comunidad internacional.
Lo primero que cambió, sin que se dieran cuenta fue el piso legal sobre el que estaban parados, Venezuela no era Cuba, en nuestros países habían demasiados intereses que fueron vulnerados y que todavía siguen en pérdida, pero las leyes que ya existían en el país y las que ratificaron y firmaron en tratados internacionales, no se dieron cuenta, era cuchillo para sus gargantas,  se comprometieron en acatar unas normas que los obligaba a actuar correctamente o si no, serían penalizados, los países serios del mundo se vieron en el compromiso de aceptar legislaciones y autoridades internacionales, esto,  para poder participar en el proceso de globalización y obtener las ventajas de sus mercados.
Venezuela, bajo el régimen chavista, pretendió durante algún tiempo beneficiarse de estos mercados y recursos financieros, sin respetar las reglas que regían la actividad, con el agravante que la empresa petrolera venezolana, estaba inmersa en el mercado energético mundial, donde competía y vendía sus productos, donde se había diversificado y adquirido importantes instalaciones, la naturaleza del negocio petrolero la hacía depender grandemente de insumos de otros países, y cuando aplicaron las políticas de arruinar al sector productivo nacional (incluyendo la industria petrolera), no se percataron que se hacían más dependientes todavía del extranjero.
Empezaron a incumplir sus compromisos, se comportaban de manera errática queriendo imponer sus puntos de vista pasados de moda de un nacionalismo primitivo, y unas relaciones de supuesta igualdad, cuando en realidad querían hacer lo que les daba la gana, ante este comportamiento desordenado y poco ético, el mundo se puso en guardia, empezaron los reclamos y algunas demandas judiciales.
No respetaban la autodeterminación de las naciones vecinas, apoyaban procesos insurreccionales, se entrometían en sus políticas internas, mientras en Venezuela violaban el estado de derecho, desmontaban la democracia y confiscaban las libertades ciudadanas, hasta que finalmente, los gobiernos que manejan el proceso de globalización les dieron un parado con sanciones internacionales que los ha arruinado, les impiden moverse con libertad, y muchos de estos funcionarios son buscados ahora por la justicia internacional, para que respondan por sus crímenes por violación de los Derechos Humanos.
El mundo les había cambiado, y ellos fueron los últimos en enterarse, hasta China, uno de los países aliados a la revolución ahora los demanda por mentirosos y maulas.
La famosa tesis de un mundo pluripolar, de un cambio en el orden económico mundial, de convertir a Venezuela en un país potencia, hasta el mismo Chávez trató de convertirse en un líder global en contra de la globalización, era la propaganda comunista predicando en el desierto, mientras el mundo se hacía cada vez más interdependiente, ágil en las transacciones, competitivo e innovador, Venezuela fue cayendo en el retraso y finalmente en la ruina económica.
Lo que se entiende de algunas pretensiones del chavismo expresadas en las últimas reuniones de Santo Domingo, a donde fueron llevados nariceados para tratar de resolver la insostenible posición del gobierno chavista, es que el gobierno de Maduro todavía no se ha dado cuenta de que su posición en el mundo es irreversible, el daño que le han propinado al orden internacional es de tal magnitud, que lo que se ha visto hasta el momento, es apenas el comienzo de unas investigaciones, procesos judiciales y mayores sanciones, que se van a producir sin que los “conejos” de la MUD tengan nada que ver en el asunto.
En lo que concierne a la tormenta que han desatado por sus desfalcos, robos, bravuconadas y el cúmulo de delitos que han cometido, no hay vuelta atrás, la temporada de caza en contra de los chavistas corruptos apenas comienza, pero siguen actuando como si la cosa no fuera con ellos, desmontando la democracia, burlándose de las tradiciones democráticas, hablando de imponer la pena de muerte, siguiendo con el circo de unas elecciones que no son tales, tratando de crear un mundo al revés.
Es por ello tan importante, que la generación de relevo que deba afrontar el reto de sacar al país del hueco donde está metido y darle un nuevo viraje a su economía, debe comprender la importancia de prepararnos para volver a insertarnos en el proceso de globalización, de manera inteligente, productiva, honesta e innovadora.
De hecho, la única forma de obtener los recursos para volver a ponernos de pie, vienen de los entes multilaterales, y son ellos los que van a dictar una serie de medidas que el país tendrá que cumplir para recuperar nuestra economía, olvídense de la soberanía y la independencia tan cacareada por los comunistas, nacionalistas y amantes de lo endógeno y de lo ajeno, el estado nacional-territorial ya es pasado, ahora solo hay mercados.
De aquí en adelante el juego es otro y los actores deben ser otros, y no los carcamales que nos han estado gobernando, o los otros que dicen representarnos, y sólo si jugamos con habilidad seremos capaces de remontar la cuesta que tenemos delante, todos esos sueños de una estado bienestar, de justicia social, de tomémonos de las manos y cantemos alrededor de la fogata comunitaria, son ahora un lastre, una fantasía revolucionaria, que tenemos que dejar atrás. Lo que viene es trabajo y más trabajo, sacrificio y una carrera de largo aliento, pero únicamente si estamos claros en las metas a alcanzar, podremos triunfar, y como dijo Wiston Churchill: “solo en la victoria sobreviviremos”.    -   saulgodoy@gmail.com








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