El
hecho de que el socialismo en Venezuela haya degenerado como lo hizo en un régimen
tiránico de horror como lo es el chavismo-madurismo, le dio a esta ideología un
puntillazo de muerte del que dudo se pueda recuperar, el desprestigio y el
exceso cometidos por Cuba en Venezuela no pudo llegar en peor momento para los
intereses de la izquierda latinoamericana.
El
haber puesto en evidencia los lazos entre el narcotráfico y la revolución, la
corrupción de empresas como la Odebrecht que desde Brasil financió a los
gobiernos comunistas, la red de intereses del Foro de Sao Paulo que tocaba no
solo a los movimientos sociales emergentes, sino a toda la estructura de
partidos socialistas en la región, le quitó el piso político que tanto le costó
construir a los hermanos Castro.
La
Habana jamás se paseó por el escenario de convertir a Venezuela en una vitrina
de desaciertos, errores, impunidad y crimen, de hecho, fue algo de lo que nunca
tuvieron control, la ineptitud y la voracidad sin fondo de los indisciplinados
socialistas venezolanos, terminaron por hacer del país un escenario mundial de
las peores injusticias y la mala práctica de la administración socialista,
mucho más llamativa que la misma Cuba, quien a su pesar, quedó también en
evidencia una vez que los Republicanos retomaran el poder en los EEUU, en un coup de grace que nadie esperaba.
Las
contradicciones venezolanas, entre ellas arruinar a una de las empresas
petroleras más exitosas del mundo, no poder sostener la ilusión de una
democracia, acabar con su seguridad alimentaria y convertirse en un problema de
salubridad continental, el crimen y la violencia rampante, la migración sin
control de los venezolanos, el primitivo y abusador espectáculo militarista del
régimen, la censura y la política de soberanía de “porque a mí me da la gana”,
terminaron por ser tan notorias, absurdas y de mal gusto, que no hubo manera de
ocultar el desastre.
Pero
lo peor del fiasco venezolano fue que dejó en evidencia la estrategia
largamente acariciada por el castrocomunismo de hacer de Latinoamérica su patio
exclusivo por medio de infiltrar las democracias con el socialismo del siglo
XXI, es decir, convirtiendo a las fuerzas subversivas en partidos políticos
para apoderarse del poder por vía electoral, se inauguraba de esta manera la
nueva era de las narcodictaduras.
Tanto
el castrismo como el guevarismo transmutaron de la estrategia de la guerrilla y
del foco en su lucha armada, por la estrategia que descubrieron las FARC en
Colombia del narcotráfico, una estrategia que tuvo su origen en Asia, en el
llamado el triangulo dorado de Birmania, Laos y Camboya con el negocio de la
heroína.
Para
su éxito era necesario el dominio de grandes territorios (zonas de paz) para
garantizar la producción extensiva de materia prima (hojas de coca, poppy,
marijuana), laboratorios para elaborar la pasta y los precursores de las
metanfetaminas, heroína, cocaína, etc., pistas de aterrizaje y aduanas
marítimas bajo su mando para la distribución, control de los mercados al por
mayor en las principales ciudades de Norteamérica y Europa, el producto final,
el dinero sucio, capaz de desestabilizar gobiernos sin disparar un solo tiro.
El
plan requería de una gran bolsa de dinero como capital semilla, sería un
esfuerzo simultáneo de campañas electorales, de compra de conciencias, de
sobornos, de regalos, para poder abrir las puertas del poder a los candidatos
socialistas, era necesario activar una serie de movimientos sociales
organizados, de huelgas, de paros, de protestas estudiantiles en todo el
continente para no darle respiro a la derecha, el único financista posible era
Venezuela con su petróleo.
Venezuela
fue un laboratorio exitoso de la nueva ruta del socialismo, ganar las
elecciones a como diera lugar dentro de los límites de la legalidad permitida,
y una vez en el poder iniciar una serie de reformas políticas para quebrarle el
espinazo a las fuerzas conservadoras y de derecha, como Venezuela no tenía
organizaciones partidistas de derecha, pero sí un poderoso sector financiero,
industrial y comercial, se inició un proceso acelerado de regulaciones y
amenazas en contra de los dueños de los medios de producción para propiciar una
transferencia de los mismos al estado.
La
piedra fundamental del plan estaba en las reformas electorales, la ampliación
de los períodos presidenciales, la posibilidad de reelecciones indefinidas,
coaptar el gasto público para financiar las campañas y el apoyo irrestricto de
las FFAA, el control político del parlamento y la política de tolerancia cuando
no de ayuda directa a los grupos subversivos, y por supuesto, el verdadero caballo de Troya,
el negocio de drogas ilícitas.
Cada
país donde se jugó esta estrategia tenía sus propias características, en Brasil
y Chile era imposible contar con las FFAA y destruir al sector privado, por lo
que se invirtió en hacer poderoso a los socios del socialismo para competir en
igualdad de condiciones, en Argentina sólo se necesitaba financiamiento y apoyo
político debido a la cercana relación de los Kirchtner con Chávez, en el
transfondo, lejos del mundanal ruido y de la atención de los medios el
narcotráfico iba tejiendo su red de corrupción.
En
Bolivia, tenían un candidato imbatible según la composición étnica de la
mayoría del electorado, en Nicaragua tenían a una figura sobreviviente del
sandinismo, en ambos países el narcotráfico era el factor “X”, que ayudarían a
corromper la democracia, ambos países se han convertido en enormes lavadores de
dinero del narcotráfico, fallaron (políticamente mas no en establecer redes de
narcotráfico) en Honduras, fallaron en México, Panamá, Perú, fallaron en los
EEUU, ganaron en Uruguay, Paraguay, Ecuador y en la mayoría de los estados
caribeños, Chávez, Fidel y Raúl fueron fundamentales en el retorno del
comunismo en la región, apoyados por una Casa Blanca que simplemente, durante
el gobierno de Obama, los dejó hacer, en la “inocente” creencia, que Cuba podía
ser controlada, convertirse en un aliado y no en el más descarnado enemigo de
los EEUU.
Chávez
al igual que Fidel basaba su discurso en el engaño, haciéndose pasar por lo que
no era, utilizando los ideales democráticos como banderas pero destruyendo las
libertades en la sombra, instaurando un régimen policial y de terror para
controlar las poblaciones de los países.
Pero
muere Chávez sin poder doblegar al pueblo de Venezuela, que sí a su establishment político de supuesta
oposición, a quienes los revolucionarios manejaba sin problemas para dar la
apariencia de ser una democracia, negociaba con ellos, los engañaba, los
utilizaba como si fueran radicales de derecha, les hacía trampa, los amenazaba,
los sobornaba, los castigaba… el asunto fue, que al pueblo, nunca pudieron
comprarlo, todo lo contrario, se le opusieron de tal manera que tuvo que
empezar a exterminarlo, y eso no estaba en los planes.
Maduro
no trajo sino plagas, exposición y una animadversión en su contra por parte de
la comunidad internacional que salpicó a Cuba y no tuvo más remedio que
quitarse la careta, Raúl Castro, a su edad, se encuentra en una posición harto
difícil con el gobierno de Trump, todas las cartas marcadas están descubiertas,
la amenaza real y presente de las FARC convertidas en un partido político,
soportado por una inmensa fortuna producto del narcotráfico y la extorsión que
tienen guardada en Venezuela, y con la supuesta complicidad del presidente
Santos, está a punto de reventar.
La
situación político-social en México, donde el socialismo se ha aprovechado de
los desaciertos de una derecha que no parece encontrar su equilibrio, con
enormes problemas de desigualdad y pobreza, que Cuba a explotado para su
beneficio propiciando para que los carteles de la droga infiltren cada
resquicio de esa sociedad, preparando un camino revolucionario que pudiera ser
muy peligroso para la región, sobre todo para los EEUU.
Pero
para colmo de males, las autoridades norteamericanas descubren un ataque sónico
en contra de su embajada en La Habana, también descubren un plan de posible sicariato de grupos de la droga para
atentar en contra de un senador norteamericano, estas señales de terrorismo
local en contra de instituciones fundamentales en Norteamérica van en aumento,
y provienen de Caracas y La Habana, son una tendencia que hay que tomar en
serio, parecieran existir ciertos sectores dentro del aparato cubano que no
responden a los intereses de Raúl y están a la caza de oportunidades de
figuración en plena transición del anciano revolucionario, y a sabiendas que la
atención de Washington está concentrada en la amenaza de Corea del Norte, igual
sucede en Venezuela, Maduro no tiene control de las facciones que integran su
entorno, lo que aumenta el peligro.
Los
desastres dejados por la temporada de huracanes en el Caribe, y los terremotos
en México, se convierten en un enorme reto de asistencia para los EEUU, que ya
no puede contar con el soporte que le brindaba Venezuela cuando sus gobiernos
eran aliados confiables y Caracas disponía de recursos, Europa reacciona. pero
pareciera no ser suficiente.
Pero
hagamos un paréntesis y analicemos el porqué países tan aventajados en la
diplomacia exterior como Francia, abogan por una negociación con un
narcoestado, que pareciera ser la matriz de opinión que impera en Europa
¿Estaría ellos dispuestos a negociar con narcotraficantes, con agentes de la
corrupción? Y si la respuesta fuera positiva ¿En qué términos? Los países
escandinavos que tienen una gran experiencia en transiciones conflictivas, creo
que jamás lo han hecho con una organización criminal, los conflictos étnicos,
de subversión, de ideologías, entre civiles y militares, entre señores de la
guerra, no son lo mismo que negociar con el narcotráfico y creando un
precedente que pudiera marcar este tipo de negociaciones.
El
hecho de que la Cuba histórica, esa idealización que tiene la izquierda mundial
sobre la revolución fidelista, en nada se parece a lo que hoy existe en esa
isla que no es más que un campo de concentración, donde todo un pueblo es
explotado como si se trataran de esclavos, y donde el único producto de
exportación es la implantación de narcoestados en el mundo ¿Es que no es hora
de sincerar la situación y quitarle el velo de virgen a la más prostituida
revolución del mundo?
Nos
van a poner a nosotros, las víctimas de uno de sistemas políticos más
oprobiosos de la historia que está matando de hambre y desahucio al pueblo a
negociar con los carteles de las drogas más poderosos y multimillonarios del
mundo ¿Para qué? Creo que la actitud debería ser otra, creo que Europa y
Norteamérica deberían tener sus ejércitos listos para liberarnos de estos
monstruos, a Venezuela y a Cuba, una nueva Normandía pero ahora en el Caribe, y
no darles la oportunidad de convertirlos en sujetos políticos, esto debilitaría
el futuro de la guerra en contra de las drogas, darle a Maduro y a Raúl Castro
la beligerancia política que quieren es un error garrafal.
Es un
momento delicado para la región suramericana, hay vientos de inestabilidad
creciente y los países aliados parecieran arrastrar los pies en seguir el
liderazgo de Trump, a muy pocos parece preocuparles que las narcodictaduras
socialistas estén sustituyendo a los gobiernos democráticos de la región, indudablemente
que los dos focos de caos continúan siendo Cuba y Venezuela, y ninguno de los
dos parecen tener la intención de disminuir su negativo intervencionismo en la
región.
Las
narcodictaduras, disfrazadas de socialismo del siglo XXI, le roban a la iglesia
cristiana sus postulados fundamentales de amor, solidaridad y justicia social
para horadar en el alma de los pueblos, es por ello que para el Vaticano es un
deber no solo denunciar este peligroso mimetismo, sino convertirse en
inquisidor de la fe, pues son los enemigos de la humanidad quienes pretenden
hacerse pasar por creyentes, cuando sabemos que provienen de una ideología que
niegan a Dios y que su propósito final es destruir la iglesia en la Tierra.
Las
narcodictaduras tienen como fin hacer de sus pueblos unos esclavos, corromper
sus instituciones, aplicar el método de “plata o bala” en contra de sus
opositores, desatar la violencia social y reinar con sus fuerzas paramilitares
para proteger sus campos de cultivos, laboratorios, redes de distribución y
mercados locales en el corazón de los países desarrollados, enfermando a sus
habitantes, destruyendo a sus jóvenes y minando la vida buena del trabajo y la
honestidad.
El
socialismo que Nicolás Maduro ha implantado en Venezuela, es un depósito de los
horrores y depravación más absolutos de unos hombres y mujeres que han perdido
su humanidad, pero los sostiene la mentira, las negociaciones, el tiempo que se
les obsequia para que se vuelvan a reacomodar y seguir haciendo sufrir a la
gente, burlándose de todos los principios y valores a favor del robo y el
expolio.
Los
EEUU podrían sufrir de consecuencias peligrosas para su seguridad, si permiten
que las iniciativas la lleven Cuba y Venezuela, que son parte fundamental de
los mecanismo que desatarían el infierno en Colombia y México, creo que es importante
detener de inmediato que esta posibilidad sea una realidad, y la única manera
de evitarlo es con una respuesta contundente de Washington para neutralizar la
amenaza.
Ni
Cuba ni Venezuela van a entender las respuestas diplomáticas o de sanciones,
estas últimas toman tiempo para que se sientan sus efectos, y tiempo es un
recurso muy limitado sobre todo cuando tienen a China y a Rusia revoloteando
sobre los restos de estas revoluciones, creo que hay que aprovechar que ambas
economías se encuentran muy debilitadas por el fracaso venezolano, que la
capacidad de respuesta de ambas naciones están en su mínima expresión, que
ambos regímenes tienen una resistencia activa en su contra por parte de sus
poblaciones, para que sea efectiva una interdicción que cambie de manera
radical las tendencias de poder y puedan retornar a la democracia.
Sólo
con una muestra de poder efectivo por parte de los EEUU los demás países del
área dejarán la inercia y se sumarán al rescate del subcontinente; en el caso
de Venezuela hay que tomar en cuenta que el estamento de los partidos políticos
de oposición actual, está del lado de los cubanos y del chavismo, hay que
ignorarlos, son los únicos que creen que ellos pueden solucionar el enorme
problema de una narcodictadura con una “negociación”, hay que pasar sobre su
incomprensión de las circunstancias y de sus limitaciones, hay suficientes
elementos de la derecha y conservadores en el país que ya están activos, que
luego de esta calamitosa experiencia, jamás le harán el juego de nuevo al
socialismo en ninguna de sus formas, y estarán más que dispuestos, en tomar las
riendas del país.
La
respuesta de la que hablo está dentro de las capacidades de despliegue de los
EEUU y consistiría, básicamente, en dejar sin efecto las posibilidades de
coordinación de los respectivos regímenes, cercenar el sistema nervioso central
de ambos aparatos, simultáneos y de manera definitiva, hay que desactivar la
red de inteligencia que Cuba construyó en América latina y dentro de las
comunidades hispanas en los EEUU, sobre todo hay que atacar su aparato de
comunicaciones y propaganda, ya que sin voz, el espejismo comunista se
disolverá en el aire.
Y
pienso, si Washington se decide a ejecutar la jugada, sería una clara señal al
régimen de Corea del Norte de que el presidente Trump no se anda por las ramas,
y que si hay que actuar, no va a esperar por nadie para defender la libertad y
sus intereses.
El
acta de defunción del castrocomunismo debe darla sin ninguna compasión la
fuerza de los EEUU, como único garante de la paz y la civilización en el mundo,
nosotros, la gente decente y demócrata, nos ocuparemos de enterrar los resto
pútridos de estos regímenes que nos hicieron tanto daño, con el firme
compromiso de que nunca más permitiremos que los enemigos de la libertad
vuelvan al poder, ni a la fuerza, ni por elecciones. -
saulgodoy@gmail.com
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