viernes, 4 de agosto de 2017

Vivir en la mentira


La gente que cree en el chavismo así como en el castrocomunismo, viven en una prisión ideológica, como la viven todos aquellos que tienen como norma de vida a una ideología, ya que funciona como marco de referencia para sus pensamientos y acciones, que ultimadamente todos, de alguna manera, estamos influenciados por una o varias ideologías.
Tomamos como definición de ideología, la de Coling J. Beck (2013), que me parece una de las más sencillas para efectos de este artículo, y que dice : “Ideología… es un sistema de múltiples creencias, ideas, valores, principios, ética, moral, objetivos y otros… que articula… respuestas a los problemas que requieren una acción social.”
Tal sistema corresponde y nace de un grupo que identifica unos intereses, por lo general de carácter político (aunque también pueden ser religiosos o económicos), y que por medio de una acción colectiva intenta conquistarlos, el creer en esa ideología hace a todos los miembros de ese grupo, partícipes de una comunidad cerrada y que se maneja de manera independiente entre otros sistemas ideológicos con los cuales compite.
Cuando el objetivo es el poder, la ideología que lo conquista por lo general trata de imponer su sistema sobre el resto como hegemónico.
En el caso de las ideologías totalitarias que buscan el control absoluto del individuo y de la sociedad para sus fines, uno de sus principales objetivos es instaurar una sola visión del mundo, estructurada, orgánica, sin contradicciones, para ello debe hacer uso de un lenguaje particular donde las palabras tengan significados unívocos, que designen de manera estricta el mundo que pretenden cambiar.
Ya dijo Orwell en la Europa de su tiempo, cuando vio nacer al fascismo, el comunismo y el nazismo, que la primera víctima del totalitarismo, es la verdad; en su novela 1984, nos describió cómo funcionaba el newspeak, la neolengua, confeccionada con el propósito de desmontar la coherencia y la crítica en los individuos y dejarlos a merced de la propaganda, la guerra es paz, la violencia es amor… ¿Les recuerda a alguien?
Ganar unas elecciones por un caudal de votos que nunca existieron, producto únicamente de la manipulación mediática, dar discursos enfrente de 200 personas y tratar de hacer creer que se trata de cientos de miles, declarar que durante la jornada electoral no hubo violencia por parte de los cuerpos de seguridad a sabiendas que hubo una masacre de por lo menos 15 ciudadanos asesinados por militares, entre ellos francotiradores que dispararon y ejecutaron a civiles desarmados, clamar que estamos a punto de un milagro económico cuando todos saben que estamos irremediablemente arruinados, son apenas algunas contradicciones que la ideología construye para el consumo de la gente, para que la población crea algo muy diferente a la verdad.
Desde que Chávez llegó al poder hemos tenido nuestra sobredosis de mentiras no sólo sobre las acciones del gobierno, sino sobre los rasgos personales de muchos de sus líderes, no solamente nos los pintaban como militares heroicos, patriotas dispuestos a la defensa de la patria, filósofos que desarrollaron un pensamiento que convirtieron en legado, y que nunca pasó de lamentables y pobrísimos refritos, de ideas robadas a otros panfletistas de la izquierda radical mundial.
Nada era original todo era una copia mala de otras gestas, de otras revoluciones, que en un escenario de cartón piedra y pantalla gigantes, acompañado por una música de muy baja calidad y consignas del partido, impusieron al público venezolano casi las 24 horas del día por todos los medios que el gobierno pudo robar y comprar.
La revolución bolivariana no se entiende si se obvia el elemento mediático, fue un gobierno hecho para la televisión y en televisión, Chávez y su sucesor, el colombiano Nicolás Maduro, gobernaban desde un estudio de televisión, hacían sus reuniones de trabajo con ministros y directores para beneficio de las cámaras, las giras internacionales del presidente, su participación en los foros multilaterales, sus apariciones ante la masa de admiradores comunistas en grandes estadios, era todo un montaje-espectáculo, puestas en escenas donde se decían mentiras a granel, para el consumo local y para el asombrado público internacional, hasta un network televisivo llamado TeleSur, crearon para distribuir en el mundo aquellos bodrios populistas que recordaban las mejores épocas del peronismo con Evita, la política como un show donde se cantaba, se bailaba, se lloraba con los testimonios de la gente humilde que era reivindicada con dádivas de los gobiernos benefactores y socialistas.
Nicolás Maduro no tenía la presencia ni la habilidad de presentador de televisión de Chávez, pero trataba, lo mal copiaba, hacía el intento de parecerse a su mentor y líder, bailaba, tocaba congas, hacía “olas” con su público en las galerías, utilizaba binóculos para ver hasta donde llegaba el mar de gente que supuestamente acudía gozosa a estas tenidas, donde se bebía el licor parejo y se indoctrinaba a dos manos, cientos de autobuses acudía de todas partes con su cargamento de fans en un estado etílico de euforia incontenida, esperando el pago que recibirían en el viaje de vuelta.
Esto, hasta que se acabó el dinero, porque llegó el momento en que tanto fue la corrupción, el robo y los desfalcos, que el tesoro nacional quedó en la inopia, y el ánimo de la gente con la revolución se fue enfriando.
Pero quedaba la mentira, las trampas electorales, un CNE sumiso y cómplice de todos los trucos para ganar perdiendo, un manual escrito por esa inefable técnico electoral, sociólogo y mercader de los votos, Tibisay Lucena, quien será recordada como la pirata del voto automatizado, también estaban todos esos programas pútridos de la televisión oficial,  donde se destilaba el odio de clase, el antimperialismo ramplón, la grosería y los insultos, de una serie de presentadores de televisión que se distinguieron por su fanatismo a la irracionalidad y a la inmoralidad.
Pero ya sin dinero y sin popularidad sostener aquel edificio de mentiras y promesas era más que imposible, ya no bastaba una prensa amordazada, unas radios autocensuradas, unas televisoras sumisas al poder y unos sitios en internet que colapsaban por falta de mantenimiento, todo aquel imperio mediático al servicio del gobierno chavista empezó a crujir.
Las multas y medidas punitivas de CONATEL no bastaban para mantener a raya a la información libre, los ataques a los periodistas, sus encarcelamientos, torturas y amenazas ya no surtían efecto, los medios sociales digitales crecieron y se hicieron fuertes ante la censura, era imposible ocultar la verdad.
Y para ser justo, fue gracia a la torpeza del régimen, principalmente a la escaza inteligencia que distingue a Nicolás Maduro, éste hizo lo imposible porque el mundo entero se interesara en nuestro país, tomando una serie de medidas y acciones que a todas luces aparentaban un grave desquiciamiento de su salud mental.
Empezó a masacrar al pueblo de Venezuela, se enredó en una serie de desafortunados comentarios en contra de los EEUU y su nuevo presidente, comprometiendo en el ínterin a otras potencias mundiales como Rusia y China en asuntos que concernían la seguridad de los norteamericanos en el área, se descubrieron sus lazos con el terrorismo y el narcotráfico, al punto que su propia familia se vio involucrada en un publicitado affaire con la justicia de aquel país.
Sus más allegados colaboradores resultaron ser personas asociadas con carteles del crimen internacional, su negativa en atender la enorme crisis humanitaria que crecía en Venezuela, preocupó a muchos países de la región que empezaron a sufrir sus efectos, sonados casos de corrupción internacional y el descubrimiento de enormes cuentas secretas en paraísos fiscales, encendieron las alarmas.
Venezuela empezó a ser vista como un problema para la seguridad hemisférica, eso es lo peor que pudiera ocurrir para tratar de pasar inadvertido en medio de una crisis económica, muy pronto se vio con mucha preocupación los lazos y vínculos del gobierno venezolano en una red internacional que incluía a Irak, Siria, Palestina, Corea del Norte, España, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Cuba, Colombia, Rusia, China, en una extraña movida que incluía una carrera armamentista, contrabando de minerales estratégicos (de valor para la industria nuclear), uso de pasaportes venezolanos por terroristas, presencia de personal militar en de estos países en Venezuela, concesiones de territorio para fines de explotación energética, zona de alivio para la guerrilla colombiana, financiamiento para campañas electorales en otros países y otros asuntos obscuros y peligrosos.
Pero fue indudablemente la fuerte represión que el gobierno aplicó al pueblo de Venezuela, que protestaba pacíficamente por la carencia de alimentos, medicinas, seguridad y servicios básicos la que definitivamente le dieron razones al mundo para que empezara a mover sus fichas en contra del gobierno de Nicolás Maduro, la prisión de sus principales líderes políticos, la detención de periodistas internacionales, la inmensa campaña de lobby a que se dieron diplomáticos venezolanos entre países de la OEA, CARICOM, ONU, MERCOSUR y otros, sobre todo utilizando la amenaza con retirarles la ayuda petrolera que recibían, creó un clima que no le convenía al narco gobierno.
La verdad es que todo este show mediático que Maduro y su régimen dio al mundo para demostrar que era uno de los chicos malos no benefició a ninguno de sus allegados, todas las luces del escenario estaban sobre Maduro y este lo que hacía era agarrar unos “berrinches” porque no le respetaban su soberanía de hacer lo que le daba la gana.
Entonces vino lo peor, la Constituyente comunal, la aplicación de la receta de gobierno de Cuba en Venezuela, que traducido en términos para que todos entendamos, propuso destruir la democracia en Venezuela ante los ojos del planeta, como si se tratara de otro show mediático, sólo que esta vez el orden internacional en occidente, no se la iba dejar pasar.
No se quienes son los asesores de Maduro, pero la ruta que estaba siguiendo era el de un suicida y nadie le dijo nada, o se hizo el chino.
El asunto fue que publicitó el evento electoral como los circos anuncian el triple salto mortal de sus acróbatas sin malla de seguridad, todo el mundo le advirtió que no lo hiciera, que sería un desastre, pero el hombre obcecado con su protagonismo mediático, figurando en las principales páginas de los periódicos y de los noticieros del orbe, decidió cometer un superfraude, le dijo a Tibisay Lucena que le sacara los votos de sus mágicas máquinas y efectivamente, el presidente con más baja aceptación del electorado en la Venezuela contemporánea, sacó la más alta votación que presidente alguno, incluso Chávez había logrado en la historia, 8 millones y dele de votos salieron de la nada, luego de una jornada desierta de votantes en los centros electorales.
Una vez más la mentira había triunfado, pero presionó su suerte demasiado, lo hizo delante de un público escéptico que le vieron las costuras a su mal truco, lo tomaron como una burla, y ahora tenemos a Maduro arrinconado por su propia ineptitud, señalado como tramposo y mentiroso, como asesino y torturador, como anti demócrata y narcotraficante, ya le están lloviendo a él y a su gobierno, una serie de sanciones y castigos en el peor momento posible, con el país en su contra, con la comunidad internacional escandalizada y horrorizada por su proceder, un país en medio de una crisis económica de magnitudes bíblicas, en fin, la tormenta perfecta.
Pero aún así, en la locura que sufre, aprieta la represión, vuelve a enviar a prisión a Leopoldo López y al Alcalde de Caracas Antonio Ledesma, los presos políticos más visibles del país, no se guarda insultos y amenazas contra sus enemigos y abre la temporada de caza en contra de sus adversarios políticos.
Vuelven los militares a masacrar al pueblo desarmado y en resistencia, los tribunales militares no se dan abasto para procesar a civiles por protestar, en sus expedientes se les agregan delitos graves para dejarlos fuera de circulación, los jóvenes son los más afectados, menores de 16 años son víctimas de ejecuciones sumarias en el medio de la calle, niñas adolecentes son violadas por la policía cuando las apresan en las manifestaciones, hospitales son atacados por las fuerzas militares y sus instalaciones gaseadas en contra de los más elementales derechos humanitarios, no hay instancias a las cuales acudir para pedir protección, esto no ocurre en la lejana Alepo, en Siria, está sucediendo a dos horas en vuelo desde Miami y a escazas cuatro horas de New York.
Pues bien ¿Cuál es el plan de Maduro? Según mis fuentes, Maduro pretende internacionalizar el conflicto, ya ha enviado despachos a las FARC y al ELN en la frontera con Colombia para que se integren en la defensa de la revolución, ya Evo Morales, presidente de Bolivia ha enviado un contingente de mercenarios a la orden del narco estado venezolano, igual con Nicaragua, Cuba ya tiene sus tropas en el país, por la frontera de Brasil están llegando elementos palestinos y sirios, el partido PODEMOS de España está organizando una campaña de apoyo para el gobierno de Maduro y apoyo al negociante del régimen, José Manuel Zapatero, para que sea su fórmula negociadora la carta que triunfe en esta delicada situación, una negociación con el narcotráfico, sería la primera vez que la comunidad internacional le de beligerancia y legitimidad a un narco gobierno, cosa que algunos consideran altamente delicado.
Maduro está tentando a Rusia y China con jugosas propuestas si apoyan su régimen, les asegura que los EEUU no tienen la voluntad ni el interés de impedir tales asociaciones en nuestro país, y como primera señal de buena voluntad les está pidiendo renovar el armamento militar y recursos para sostener las operaciones de aseguramiento de ciertas plazas e instalaciones consideradas como estratégicas.
Definitivamente el estamento militar está en control del gobierno y lo está utilizando como le conviene, se están preparando para una lucha en dos frentes, uno interno en contra de la población y uno externo, pues saben que la intervención militar de una coalición de países, es cuestión de tiempo.
Desde mi punto de vista se hace necesario una inmediata respuesta del gobierno de Trump en contra del gobierno de Maduro para frenar este intento de soliviantar la paz de la región, una respuesta lo suficientemente clara y contundente para que el desquiciado de Maduro y su entorno de militares corruptos y criminales, entiendan que llegaron al límite permitido, y que de aquí en adelante lo que viene es un square dance.    -    saulgodoy@gmail.com





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