sábado, 17 de diciembre de 2016

El poeta de los demonios



William Blake (1757-1827) fue reconocido como uno de los más importantes poetas ingleses en fecha reciente, algunos académicos alegan que no fue sino hasta la década de los cincuenta, en pleno siglo XX, que el genio de este hombre de letras, dibujante, grabador, impresor, pero por sobre todo, visionario, fue llevado con justeza al Olimpo de las letras del Imperio Británico, y aún así, si hacemos caso a las aseveraciones de Northrop Frye, se trata de uno de los poetas menos leídos del habla inglesa.
Y cosa curiosa, que haya sido un venezolano, el profesor Alberto Arvelo Ramos (1936-2010), insigne educador y autor, de lo que hoy se designa como estudios culturales, el que haya escrito uno de los libros más importantes sobre la filosofía que movían los engranajes de ese Deus Inversus, Los Universos religiosos, políticos, ontológicos y poéticos de William Blake (2010, Universidad de Los Andes), que es, justamente, el título de su obra.
Blake, uno de los espíritus más libres y creativos del siglo XVIII, estuvo a punto de ser confinado en una institución para enfermos mentales, pero gracias a ese gusto de la sociedad inglesa por lo extraño y decadente (en el sentido de extravagante) fue dejado que viviera en paz hasta el fin de sus días (murió a los 62 años por complicaciones hepáticas debido a la continua inhalación de vapores corrosivos, producto de sus grabados con ácidos en planchas de cobre).
Un hombre que veía y hablaba con ángeles en las ramas de los árboles en sus paseos por las calles, que gustaba de escuchar a un vecino, que desnudo le recitaba versos del Infierno de Dante en el jardín de su casa, que según su más reciente biógrafo, Leo Damrosch, la mismísima escritora Mary Wollstonecraft, reconocida fundadora del movimiento feminista, se había ofrecido para integrar un ménage à trois con el poeta y su esposa, nada de esto escandalizó a la sociedad de su época, aparte de algunos devaneos en el comportamiento exótico de Blake, éste vivió una vida de apacibilidad doméstica, propia de un pequeño artesano.
Pero en 1803, uno de sus mecenas le prestó una casa en las afueras de Londres, en Susex, donde tuvo un altercado con un soldado borracho que invadió su residencia y durante el mismo, el poeta aparentemente maldijo al Rey, cosa que era un delito mayor, se le siguió juicio y a duras penas se salvó de ir con sus huesos a la cárcel.
El grueso de la obra de Blake aun no ha sido traducida al castellano, recientemente ha cobrado popularidad, no es un escritor fácil, pero gente como el gran mago Aliester Crowley, el escritor Aldus Huxley, para Tolkien, que confesó fue una influencia importante en su obra, repetidamente mencionado por el político David Cameron, el roquero Bono (del grupo U-2), e incluso The Doors lo tienen como referencia en algunos de sus trabajos, y demás está decir, que se trata de uno de los poetas más admirado por nuestro Jorge Luis Borges.
En un delicioso artículo del periodista James Ward, titulado Glorius Luminary, nos refiere la historia de uno de los himnos más preciados por la realeza inglesa, que utilizan para ocasiones de gran pompa y circunstancia, especialmente bodas que escenifican en la Abadía de Westminster, que se llama Jerusalén, el compositor, Sir Charles Hubert Hastings Parry, escogió para los coros unos versos de Blake, que justamente corresponden a su obra sobre Milton, porque Blake tiene un poema llamado Jerusalén que no tiene nada que ver con ese himno, y como los versos terminan con la pregunta ¿Y todos esos pasos antiguos/Caminaron sobre las verdes montañas de Inglaterra?, justo en el momento de la apoteosis de la pieza. Ward se ríe porque esos versos, que tanto inflaman el orgullo de la realeza, fueron escritos por un hombre radicalmente antimonárquico, que abogaba por la ejecución del Rey y que creía en la institución del divorcio.
Decía el gran crítico e historiador de la literatura Harold Bloom: “Yo he envejecido venerando a Blake (por más de sesenta años)… La esencia del genio de Blake es su exuberancia y autonomía. Y su coraje de pensar y ver de nuevo de donde procedemos.”
Y es que Blake por medio de sus libros proféticos, como él los llamaba, obligó al mundo intelectual de su época a revisar las tesis cosmogónicas y teológicas que eran dogma y no eran discutidas de otra manera; el diablo, los infiernos, la maldad eran parte del universo, imposible entender a Dios sino conocíamos de su contrario, el mundo estaba incompleto sin el enemigo, el pecado era la otra cara de Jano, opuesta a la virtud, y conocer a los demonios fue su propuesta.
Una misión extraña para un hombre que vino de buena familia, que no tenía mayores vicios, ni mayores problemas económicos (excepto al final de su vida que vivió pobre y abandonado), apreciado por sus amigos, admirado por sus seguidores, claro que sufría de depresiones y paranoia que se fueron agravando con la edad, que tuvo algunos disgustos domésticos sobre todo de celos con su pareja, era de carácter obsesivo y fue retrayéndose hacia su mundo interior.
Uno de los mejores grabadores de su tiempo, excelente acuarelista y pintor, su obra, esencialmente romántica, es reconocida como avanzada para su tiempo, fue un tecnólogo que logró inventar procesos de grabado e impresión que usaba para ilustrar sus propios libros, los cuales, por el complicado trabajo que suponía su elaboración, produjo muy pocos ejemplares y no fueron muy populares.
Nos dice Arvelo Ramos en su estudio: “Como Blake tiene tratos con los Demonios, como acostumbra a sentarse con ellos para- leer con él la Biblia en sentido infernal- como publica una antología de proverbios del infierno, visita con Milton el Hades, y tienta y es tentado por Dragones, Espectros y Diablos, se ha convertido en un lugar común afirmar, o dejar sentado implícitamente, que es un poeta maldito.”
Profesor Arvelo Ramos
Pero esto no es así, afirma Arvelo Ramos, Blake ve en Satanás a la rebeldía por antonomasia y como su admirado Milton, se pone de parte de las huestes infernales porque son revolucianarias, nos dice: “Bajo el influjo de Milton, Blake percibió y admiró lo bueno en el demonio y despreció a Jehová como el malo. Esa posición era compartida por otros poetas románticos ingleses, Lord Byron y sobre todo, P.B. Shelley.”
Deus Inversus, la obra de Arvelo Ramos es un hueso duro de roer, no es fácil, el profesor, oriundo de Caracas y con una larga carrera docente en Los Andes, se adentro en los orígenes filosóficos del maniqueísmo, cae en una rigurosa exposición de la filosofía de Plotinio y la conjuga con las ideas de Hegel para finalmente explicarnos el complejo mundo de ideas en que vivía Blake, aderezado todo con un enorme conocimiento de la tradición talmúdica y de la Cábala, aparte de un manejo riguroso de los textos bíblicos, para los que gustamos de desenredar este tipo de madejas, el libro es un reto, estoy seguro que al profesor Harold Bloom, le hubiera gustado leerlo.
Para terminar dos datos que considero importantes, el recién nombrado presidente de los EEUU, el Sr. Donald Trump es un lector asiduo de William Blake, de hecho es dueño de costosas impresiones de sus libros, que exhibe con orgullo en su biblioteca personal.
El segundo dato, por fin supe que es y de donde viene la palabra Albión, con lo que a veces se refieren a Inglaterra, en la tradición judaica cabalista Adam-Kadmon, era un gigante originario de la patria judía, como él, varias regiones del mundo tienen sus gigantes originarios como parte de esa tradición mitológica que explica en génesis de sus pueblos y cultura, en esta mitología algunos poetas afirman que de la Atlántida surgieron varios de estos gigantes, Atlas, hijo de Poseidón, Dios de los mares, soportaba el mundo a sus espaldas, de estos titanes, uno de ellos era Albión, epónimo de Inglaterra, y fue Blake quien popularizó el nombre, utilizándolo al referirse a su patria en algunos de sus poemas. –    saulgodoy@gmail.com



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