Soy de los que creen que la sociedad venezolana ha entrado en otro nivel de lucha y confrontación con un gobierno tiránico que no cree sino en la fuerza, y si esto es así, los líderes actuales de la MUD no nos sirven para nada, al contrario, entorpecen la salida a una solución, nos ponen el freno de mano para que no avancemos cada vez que el gobierno les lanza la carnada de un diálogo.
Creyentes
a ultranza en sus méritos democráticos, pacíficos, electorales y
constitucionales, hacen lo posible por sabotear las otras iniciativas y formas
de resistencia que, según su criterio, no son las adecuadas (efectivas) para
derrotar a la opresión.
Líderes
como Torrealba, Borges y Oscaríz entre otros, parecieran haber sobrepasaron su capacidad de eficiencia,
fueron desbordados por las circunstancias y la naturaleza de nuestros enemigos,
la estrategia que usan ya no es adecuada, son predecibles y carecen de
contundencia, esa prédica por más tiempo para lograr organizar a la sociedad
para la resistencia pacífica y democrática, aparte de que no lo hay, porque la
gente se está muriendo de hambre, ya su promesa suena a ese gastado milenarismo
socialista, de esperar por el paraíso en la tierra.
Se
han convertido en una pesada carga para las convocatorias a movilizaciones y
acciones que la sociedad debe ejercitar, sus discursos son un baño de agua fría
para quienes ya tenemos casi las dos décadas trabajando por una solución y esta
gente nos sigue diciendo que debemos esperar, que aguantemos, porque ahora con
el enviado del Vaticano sí vamos a tener negociaciones exitosas, después que
nos han dicho que el problema era sólo del país y debíamos resolverlos
nosotros, ahora todo dependen de un enviado del Papa, del mismo que le dio
aliento a nuestro peores enemigos, los hermanos Castro, y juega con cartas
marcadas a favor del socialismo.
Si
lo que quieren es seguir aplicando las fórmulas de una resistencia pacífica,
política y negociada se convierten en un estorbo para los líderes
confrontacionales, duros, radicales que el país necesita, deberían, si son
personas pensantes y responsables, hacerse a un lado y dejar que una nueva
plantilla de hombres y mujeres ocupen los lugares de liderazgo para que se
abran nuevos cursos de acción, que tendrán sus costos, que no serán fáciles,
pero de seguro, destrancarán los cauces de los cambios necesarios.
En
apariencia se está produciendo un cambio en esta actitud formalista y
políticamente correcta que han asumido los actuales líderes de la MUD, a
Capriles se le ve más retador e intransigente con el dictador, a Ramos Allup
más consistente con su postura de no dar un paso atrás en defender la potestad
y autonomía de la tan maltratada Asamblea Nacional, Freddy Guevara parece haber
encontrado el ánimo guerrero de su época de estudiante, pero sigue la corriente
negociadora horadando la voluntad general, traducida en multitudinarias marchas
en contra del régimen.
La
política del gobierno de Maduro de seguir apresando a los líderes fundamentales
de la sociedad, seguirles juicio, ponerlos presos, de asaltar la Asamblea
Nacional con una pandilla de violentos
para luego anunciar diálogo con los jefes de estas bandas de antisociales, el
volverle a caer a garrote a nuestros estudiantes en sus protestas, es el mismo esquema
represivo que el gobierno utiliza una y otra vez en contra de la oposición,
vuelven las víctimas de la violencia comunista a crecer y vuelven a escucharse los
mismos llamados a que aguantemos en nombre de un pacifismo que está ya claro no
sirve para nada.
Para
quienes no hayan entendido nuestra situación, el comunismo castrochavista
residente en Miraflores no va a salir por las buenas, ellos lo repiten una y
otra vez, los vamos a tener que sacar muertos pues defenderán a Maduro y lo que
este indocumentado significa, con sus vidas.
La
única opción que nos dan es que hay que derrotarlo y de manera contundente, hay
que cercarlos, doblegarlos, someterlos y entonces, una vez encadenados,
entonces sí negociar cual será su futuro, que probablemente tengan que ser
juicios públicos donde se imparta verdadera justicia.
Pero
mientras se llega a ese momento que debe ser pronto, en cuestión de horas, pues
la gente está pasando mucho trabajo y la situación, si se alarga la solución, puede
salirse fuera de control y entonces no habrá vencedores ni vencidos, hay que
organizar la ofensiva para el resto del país, porque no es sólo en Caracas
donde tenemos el problema.
Recordemos
que este régimen, bajo el asesoramiento Cubano, nos ha montado el esquema
Somalí de los señores de la guerra, hay en nuestras regiones 5 o 6 caciques
castrochavistas que hay que dominar con la fuerza, que no se van a entregar sin
oponer resistencia y están todos apertrechados en el interior del país, en
distintas gobernaciones.
Para
vencerlos deberíamos contar con las FFAA, pero previendo que tengamos que
prescindir de ellas y probablemente tengamos que obligarlas a entrar por el aro
de la ley de la mayoría, que es el verdadero soberano, es que la oposición, sin
perder tiempo empiece a trabajar en la clandestinidad y con métodos diferentes
a la confrontación política abierta y democrática, de hecho, la manera de hacer
oposición debe cambiar radicalmente.
En
primer lugar se debe tener a un negociador que dé la cara por la oposición, sólo
uno, que lleve y traiga propuestas, que anuncie las posiciones y medidas del
Comando de guerra de la MUD y subterráneamente, ir sembrado en todo el país,
una red de inteligencia y operativa, dispuesta para acciones especiales, y
estoy hablando de conquistas territoriales, con gobiernos propios y autónomos,
territorios libres del chavismo con capacidad de autogestión y defensa.
En
esta nueva fase, que sigue siendo política
pero como decía Carl von Clausewitz, “por otros medios”, entremos en un
enfrentamiento más directo y distribuyendo las cargas de la lucha por liberar
al país del colaboracionismo cubano, el chavismo todavía no cree que son minoría,
pues hay que enseñarles de la manera más inequívoca y realista que sí lo son, y
que en este país, la mayoría decide.
Ya
hay un malestar en las filas de la oposición por el temor y los pruritos que
privan al momento de hacerle sentir al gobierno el descontento popular, ya no
es suficiente que nuestros políticos mantengan sus dedos taponeando los huecos
que se abren sobre las grietas que aparecen en la pared de la represa, tratando
de convencer al mundo que somos unos buenos mártires y que tenemos vocación de víctimas.
Ya
hace mucho tiempo el miedo se acabó en nuestra patria, lo que tenemos es
hambre, sufrimos continuamente de la miseria, el dolor y la violencia que nos
viene del estado, lo que la gente espera es el llamado a las barricadas, la
burla no puede continuar y menos después de que el propio gobierno anunciara la
imposibilidad de hacer el revocatorio este año.
Maduro,
Diosdado, Izturis, Rodríguez y la cúpula de corruptos que parecen decidir el
destino de 30 millones de Venezolanos, han trancado todas las salidas para la
crisis que vive el país, la han empeorado al negarla, al no asumir sus
consecuencias y pretenden que todo el país pague por los errores que ellos
cometieron, no contentos con esto nos robaron la democracia quitándonos el
derecho a elegir, y exigiéndonos que muramos de hambre sin hacer ni decir nada.
Se
le ha dado demasiado largas a las verdaderas soluciones, ya está bueno de que
las pérdidas de vidas, los heridos y los presos sean sólo de nuestro lado,
desde el punto de vista estrictamente racional
es inaceptable seguir soportando a un gobierno que no gobierna, a un
estado interventor e injusto, a unas instituciones que lo que hacen es explotar
al pueblo, si ni siquiera pueden garantizar el derecho a la alimentación, a la
salud, a una educación de calidad, a un ambiente limpio, a un clima de paz y
orden social, si el gobierno ni siquiera puede mantener la economía funcionando,
entonces, ¿Para que los necesitamos? ¿Qué sentido tiene seguir soportando su
crueldad, traición e ineptitud?
Un cambio de
estrategia, de táctica, de orientación.
Con
este tratamiento hacia el gobierno que la MUD le ha prodigado, como si fueran
seres racionales, demócratas convencidos, o venezolanos de buena ley, lo que la
gente se imagina es que hay sectores dentro de la MUD que están negociando con
el enemigo, que están comprados y en conchupancia
con el comunismo, que se benefician sosteniendo este estado de cosas y que no
les importa el sufrimiento del soberano, si eso es así, entonces debemos poner
orden dentro de la unidad si queremos preservarla, y es un deber y un derecho quitarle
la dirección a los pacifistas.
Una
cosa es el discurso y otro la realidad, no estamos siendo efectivos, ni
logrando los resultados deseados ¿Por qué? La respuesta está a la vista, los
partidos democráticos y electoreros solo ven oportunidades para la negociación,
para poner en juego sus intereses de poder, y si la oferta es buena, si pueden
ahorrarse disgustos e incomodidades pues van a sacrificar los intereses de
todos nosotros por los de ellos, el negocio de estos partidos políticos
asociados en la MUD parece no ser el interés general, ellos actúan como lo que
son, grupos de intereses particulares, su negocio es el poder.
Mucho
se ha hablado de una campaña de desprestigio en contra de los partidos
políticos, de sectores de la sociedad que le tienen ojeriza a las
organizaciones cuyo fin es la consecución del poder, y que sus resultados han
sido nefastos, entre ellos, que haya aparecido el chavismo y se hiciera con el
poder por vía electoral, y que la verdadera causa de nuestras calamidades fuera
esta anti-política, yo tengo una lectura muy diferente.
Creo
que han sido justamente, esos partidos políticos, los que no se han ajustado a
las necesidades del pueblo, a las nuevas realidades, creyeron poder seguir
medrando del favoritismo electoral por la vía del menor esfuerzo y riesgo
posible, esos partidos que creyeron que podían usar a los electores, sacarles
el voto y desecharlos para ellos hacer pingües negociados desde el gobierno, son
los que finalmente echaron a perder el juego democrático, fueron ellos, no el
elector, los padres del desastre en Venezuela.
El
trabajo de una dictadura como la de Maduro es pacificar la rebelión social,
criminalizar la resistencia, minimizar a la oposición y entre los muchos medios
que dispone para hacerlo, la violencia es uno de sus favoritos, el otro es el
engaño, la distracción, pero que le salga una oposición pacifista y
fanáticamente legalista (constitucional) es un regalo del cielo, pues los llama
a negociar con ellos cada vez que se ven en aprietos, y la oposición
negociadora va corriendo a las citas dejando a la oposición confundida.
La
MUD se ha convertido en una franquicia del pacifismo militante y actuando como
una secta religiosa, promueve su ideología basada en artículos de fe y en una
serie de experiencias históricas que nada tienen que ver con nuestra realidad
como venezolanos, este régimen que se está derrumbando por sus propios errores
y malas políticas ha debido de estar hace tiempo fuera del juego político, pero
los pacifistas los han mantenido allí, alargando la agonía del pueblo, no se
han dado cuenta que la lucha dejó de ser política, es por la sobrevivencia.
Por
un lado excluyen y condenan a cualquiera que no comulgue con su pacifismo, lo
que quiere decir que ese concepto de unidad que usan es falso y prejuicioso, queriéndolo
o no, se convierten en los mejores aliados del gobierno opresor acaparando no
sólo recursos, medios y espacios sino propósitos ¿Por qué creen que tenemos
casi dos décadas sin poder llegar a resultados concretos? Porque el pacifismo
ha demostrado ser la forma de lucha social con menor efectividad de todas las
existentes, lo que hace es vivir de una inmerecida fama, es la posición
política más cómoda y con menos rechazo de los factores de poder.
La
MUD y su cúpula pacifista lo que ha hecho es robarle los logros reales a esos
otros métodos de resistencia que sí han funcionado, se ha alimentado
impúdicamente del sacrificios de sus presos políticos, de la lucha de calle de
los estudiantes, de las protestas de los sindicatos, de los enfrentamientos de
las comunidades por reivindicaciones por servicios, de las huelgas y paros de
los médicos, entre otros intentos.
Cuando
el gobierno ha cedido a las presiones de calle, al enfrentamiento del pueblo
con sus fuerzas de seguridad, los pacifistas se atribuyen sus logros sin mover
un dedo, en su discurso acaparan para sí lo que la gente luchadora ha logrado
en las calles de manera confrontacional, sus métodos y propuestas están a la
vista, mandando a la gente a marchar sin destino, en bailo-terapias, terminando
sus manifestaciones ante tarimas con dirigentes enviando mensajes confusos,
haciendo reuniones secretas y solo aceptándolas cuando son descubiertos.
Si
bien debemos admitir son buenos organizando elecciones, en lo demás han demostrado
ser ineficientes, dicen que quieren proteger la vida y la salud de los
opositores evitando situaciones de fuerza, pero la lista de bajas con esa
estrategia de mártires es a granel, frente a un gobierno carnicero y facineroso.
La resistencia es resistir,
no negociar.
Esas
tácticas pacifistas hay que eliminarlas, a sus líderes hay que mandarlos a sus
casas o que organicen a la gente para cuando vivamos de nuevo en democracia,
pero por ahora que dejen de perturbar con sus críticas negativas e imposiciones
moralistas a quienes sí quieren hacer algo efectivo.
De
las cosas que debemos dejar de hacer es esa política del micrófono que tanto
mal nos ha hecho, todas nuestras tácticas y movimientos lo anunciamos de modo
que el gobierno siempre está alerta con contramedidas para anular nuestras
acciones, debemos imponer un recato en los medios de comunicación por parte de
la oposición, dejar de estar haciendo campañas políticas ante las cámaras y
micrófonos a destiempo, tanta habladera de cháchara electorera nos ha hecho
mucho mal.
El
continuado intento de imponernos códigos morales personales, formas de
comportamientos que no ayudan a la reconquista del país debe ser rechazado, debe
la oposición ingeniarse otros canales de comunicaciones, otras maneras de hacer
llegar su mensaje de resistencia, el gobierno no debe saber quiénes son los
promotores de las acciones, donde están, cuáles son sus planes, hay que ser invisibles,
pero produciendo actos espectaculares y
contundentes.
Se
debe acabar con la diabólica práctica de que el gobierno tenga a los políticos de
oposición presos o sometidos a procesos judiciales, para ello la oposición debe
contar con instrumentos de canje y medios para erradicar ese sucio secuestro y
creo, que entre las políticas que debe imponer en su relación con el gobierno,
el de la reciprocidad debe instaurarse como igualador en las negociaciones.
Para
los que crean que si tomamos Miraflores nuestros problemas se acaban, les tengo
malas noticias, el castrochavismo hay que derrotarlo donde quiera que se
encuentre, dejarles un estado o una región en sus manos es condenarnos a tener
que repetir nuestra historia de estos últimos veinte años, hay que extirparlo
de raíz.
La
oposición no está en condiciones todavía de enfrentarse en una guerra
convencional en contra de los enemigos de nuestra patria, pero hay que trabajar
en ello, con una buena organización y con coraje en muy poco tiempo se podría
contar con un cuerpo de milicias propio, para en algún momento contar con un
ejército nacional de luchadores por la libertad, y cuando se conquiste el
poder, aplicaremos la justicia del vencedor de manera implacable, para que
sirva de ejemplo a las generaciones futuras, para que nadie jamás vuelva a
cometer el terrible error ir en contra del pueblo, su ley y su soberanía, lo
que no podemos hacer es quedarnos callados sin hacer nada y bajar a los
infiernos en silencio sin dar la batalla en contra del opresor. -
saulgodoy@gmail.com
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